Percibir un riesgo significa identificarlo y posteriormente evaluarlo. La percepción del riesgo puede ser exagerada, generando comportamientos excesivos de protección o, al contrario, puede hacer que se subestimen los riesgos, haciendo que nos pongamos en peligro de distintas maneras.
La percepción del riesgo es un elemento central a tener en cuenta en la comunicación del riesgo y, por tanto, en la prevención del mismo. Realizar de antemano un análisis detallado será útil en todas las etapas de la comunicación. Sin embargo, habrá que tener en cuenta que existen diferencias tanto en la forma en que se perciben los riesgos como en las estrategias para gestionarlos. Lograr que las medidas preventivas sean aceptables depende de ello.