Desde el momento en que se diseñan las instalaciones y procedimientos, se contempla la posibilidad de situaciones con un alto potencial de gravedad, y se imaginan tres tipos de líneas de defensa: prevención, recuperación y mitigación. ¿Cómo funciona el sistema? ¿Cómo asegurarse de que esas líneas sean eficaces?
Más tarde, en la empresa, ocurren eventos: por ejemplo desperfectos en los equipamientos, planes de producción que se modifican, ausencias inesperadas, son factores perturbadores que pueden debilitar el sistema de defensa, especialmente cuando se combinan entre sí. ¿Cómo identificar los riesgos resultantes y diseñar respuestas defensivas adecuadas?
Promover las etapas de la fase de recuperación, desarrollar una conciencia compartida, reforzar la vigilancia colectiva, en definitiva, hacer que la cultura de la seguridad cobre vida.